SIGNOS Y SÍNTOMAS DEL SIDA
Los primeros signos y síntomas pueden, en algunos casos, empezar a ser evidentes entre seis meses y un año después del contagio por el VIH, dependiendo principalmente de variedades fisiológicas ya que cada individuo tiene diferente susceptibilidad para desarrollar la enfermedad.
Esto origina que en algunos casos, los signos y síntomas empiecen a aparecer incluso 5 ó 10 años después del contagio.
A continuación se enumeran los principales signos y síntomas:
Fiebre. Puede presentarse un tipo de fiebre con carácter intermitente y persistente. Su duración es de al menos dos semanas y va acompañada de escalofríos.
Linfadenopatía. Las personas con SIDA tendrán ganglios linfáticos debajo de las axilas, cuello e íngles. Pueden ser dolorosos o no.
Malestar generalizado. Profunda fatiga y estado letárgico, que pueden durar aproximadamente dos semanas, sin haber aparentemente una causa para ello. Esto restringe de efectuar actividades anteriormente normales como subir escaleras, vestirse o hablar.
Pérdida de peso. Una inesperada y severa pérdida de peso que puede ser hasta el 10% del peso total de una persona, sin deberse a dieta o ejercicio físico.
Este factor se ve acompañado de una grave pérdida del apetito. En los enfermos de SIDA de África Central, se produce también el síndrome de adelgazamiento o “slim disease”, que provoca a las personas una pérdida de peso radical.
Sudoraciones nocturnas. Sudores nocturnos muy copiosos y persistentes, que contribuyen a la pérdida de peso y a la deshidratación.
Diarrea. Esencialmente crónica, severa, persistente y en muchos casos sanguinolenta. Esto origina anemia, pérdida de peso, desequilibrio hidroelectrolítico que es la pérdida continua de fluido corporal.
Trastornos sanguíneos. Tendencia a tener moratones en la piel, sangrar espontáneamente y en abundancia sin razón alguna. Esto provoca la palidez del paciente.
Problemas respiratorios. Hay tos crónica, seca, restrictiva, persistente que puede durar más de dos semanas.
Problemas de la piel. El paciente con SIDA puede mostrar en su piel toda una gama de lesiones, que aunque usualmente son indoloras, están dotadas de un color púrpura o rosado que aumentan su tamaño y se extienden por muchas partes del cuerpo.
Lesiones en la boca. Se forman en la lengua y la mucosa, en forma de mancha blanca y gruesa. Puede aparecer también en la garganta. Lo produce un hongo conocido como cándida albicans y es muy frecuente encontrarlo en niños pequeños nacidos con SIDA. También puede haber lesiones de herpes durante más de cuatro semanas, que dificultan la deglución de alimentos.
Retardo de la curación. El cuerpo pierde parcialmente su capacidad de recuperación de los tejidos. Cualquier lesión tarda mucho más tiempo en curarse.
Procesos infecciosos. Cualquier infección, por simple que pudiera ser, será mucho más difícil de controlar en personas con SIDA.
Problemas en los genitales externos. Lesiones de herpesvirus que duran más de un mes.
Problemas psicológicos y neurológicos. Puede haber múltiples signos y síntomas de este tipo como consecuencia del gran deterioro neurológico que ocurre en pacientes con SIDA.
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